Anecdotario noviembre 2022


¿Me pidió qué?

Bien es sabido que en cada región y zona hay palabras, frases y modos de comunicarse que les hace ser únicos. En Canarias, por ejemplo, si hay una frase que no entenderían muchos fuera del archipiélago es: “déjame una verguilla para destupir la tina”. Las oficinas de farmacia se han ido haciendo un hueco como intérpretes de lectura inintegilible y como receptoras de vocablos no conocidos pero que al final encuentran su sentido, dando más valor aún a la labor que en ellas se desempeña.

En la oficina de farmacia quién de los que allí ejercemos nuestro ejercicio a diario no hemos escuchado con atención peticiones que pasan de lo real a un mundo paralelo imaginario, despertando los cinco sentidos y, con ligera discreción, nos invita a llevar nuestra mirada a un punto fijo en busca de concentración y mesura expresiva. La complejidad de entender peticiones para hacerlas inteligibles y ser creativo en la recepción del mensaje, dando salida a un artículo donde, en esa comunicación escueta, el cliente siempre tiene la razón. Ser un medium que descodifica jeroglíficos de lo más creativos.

Una reflexión del ensayo “Oídos que no ven” (Mariano Peyrou) dice: “La magia aspira a producir efectos en lo real. La música lo consigue” , y así es cómo nos disciplinamos con los años en la experiencia de saber escuchar con sentidos no acústicos y ver con el manejo de la intuición, componiendo a diario partituras de un lenguaje sinérgico.

Saber que unos supositorios “Milka” curan el resfriado o de la existencia de vitamina en tres dimensiones (vit-3D) nos va calentando motores para no alarmarnos si nos piden un frasco de orina. ¡Un frasco de orina! ¿quién en su sano juicio quiere llevarse a casa un depósito cargado de orines?

Lo que asusta es cuando el cliente pregunta muy serio “¿Tienes Agallas?”. ¡Dios! ¡Qué le habré hecho!. Pero en un momento de contención y recurrencia al arsenal de paciencia, le interrogamos con calma y procuramos “ver con los oídos”, hasta descubrir que el interés no es otro que un Aftasone®.

En fechas cercanas a las Navidades hay que estar más atento de lo habitual, no sólo porque intentan pagar sus deudas con tarjetas poco convencionales (tarjetas de mutualidades, de uso interno en comercios,…) sino porque en horas cercanas al almuerzo puedes sentir que te piden la comanda si te solicitan “Cus-cus” (Ruscus®) o un “Cordonblú” (Condrosulf®); o porque ves un momento de liberación cuando te dicen “Redimir” (Reminyl®). Pero, sobre todo, porque puedes llegar a descubrir dónde se fabrican insulinas en la isla de este archipiélago cuando te piden “Quiero la insulina que se fabrica en el hospital Insular, la Isulatard®” o si debes redireccionar al cliente al comercio apropiado para sus compras cuando te solicitan un “Intellect” (Intelectum®).

El invierno y sus campañas de antigripales a veces nos ayudan a viajar en el mostrador a la ficción cuando vienen buscando caramelos de “Metrópolis” (Própolis), sobres de “Pulveregina” (Propalgina®) o un “Spray difuminador” (Respir nebulizador®). Un sinfín de aventuras para poder llegar hasta “Mi tesoro” (el Nuvaring®).

Música que consigue finalmente sacarnos alguna sonrisa para llevar y compartir en la rebotica con la tonalidad de la petición del día que haya sido premiada.

Julia Machado Roa titular oficina de farmacia de Lomo Magullo.