El papel del farmacéutico en el diagnóstico y en el tratamiento de la artritis reumatoide es clave

El papel del farmacéutico en el diagnóstico y en el tratamiento de la artritis reumatoide es clave

Todas las enfermedades coinciden en la importancia de ser diagnosticadas precozmente, pero en el caso de la artritis reumatoide, al ser una enfermedad degenerativa y sin cura, la rapidez del diagnóstico es la principal baza para mantener la calidad de vida de quien la padece. Esta es una de las conclusiones ofrecidas en la charla formativa ofrecida por la farmacéutica Elena Juárez, experta en la enfermedad.

"El papel del farmacéutico", señaló la ponente, "es imprescindible en todo el proceso, desde el diagnóstico, que se realiza en el laboratorio, hasta el tratamiento, en donde nos encontramos con aspectos importantes para ayudar al paciente".

Recordó que una de cada cien personas padece o desarrollará la enfermedad, y que si bien hay un factor genético importante (entre el 50 y el 60 %), también hay factores desencadenantes, como el tabaquismo.

"Por lo general", explicó, "los primeros síntomas son dolores en las articulaciones, especialmente en las manos, y que se presentan de forma simétrica. También", apuntó, "es característica la rigidez matutina".

La importancia de reconocer estos síntomas es fundamental, ya que el farmacéutico puede derivar al médico de cabecera en caso de sospecha, y facilitar la detección precoz de la enfermedad, "que si bien no es curable", recordó Juárez, "sí puede ser tratada para que no evolucione o presente un desarrollo lento".