Hace un par de meses recibimos una circular del COF en la que se nos informaban sobre el nuevo formato del libro de estupefacientes, es decir, una manera más innovadora, online, cómoda y, sobre todo, rápida de plasmar lo que entra y sale para este grupo de medicamentos. 
La verdad es que ha sido un total acierto el haber instaurado este método, y quiero felicitar a quien se le haya ocurrido la idea. ¡Aún recuerdo cuando había que escribir a mano los vales de entrada! A veces me preguntaba si merecía más la pena pedir dos unidades en lugar de una sola, con el objetivo de ahorrarme el tener que rellenar a bolígrafo dos vales de manera separada si se iban a dispensar enseguida.
Afortunadamente, hace unos años se implantó la entrada online y sin papel de vale correspondiente, pero aún quedaba anotar a mano en el libro las entradas y salidas de distintos estupefacientes casi a diario.
Por fin eso ya está terminando y, sin duda, creo que es un gran beneficio para todos. El tiempo dirá.
Lo que sigue sin dejarme conforme es algo que, desde mi punto de vista, no hay criterio alguno que lo justifique y es lo siguiente: ¿Por qué estamos obligados a tener, no uno sino, tres viales de morfina, cuando nunca nadie las prescribe individualmente, incluso se acaban retirando por caducidad, cuando podemos almacenar la misma morfina inyectable en envases de diez unidades? Tal y como ocurre en la farmacia donde yo trabajo por la continua solicitud de un centro veterinario cliente nuestro. 
Atendiendo a la realidad que expongo, hay un desfase en la adaptación entre quienes marcan las pautas legislativas y la rapidez con la que la necesidad a la medicación evoluciona día a día.